Semifinales

Con esfuerzo y sacrificio, San Lorenzo se posicionó en las semifinales de la Copa Libertadores como no sucedía desde 1988. Pero para poder disputar los partidos ante Bolívar, de La Paz, hubo que esperar a que terminara la Copa del Mundo que se disputó en suelo brasileño, donde la selección nacional terminó como subcampeón de Alemania.

Ese presagio no parecía ser bueno, pero San Lorenzo se tomó muy en serio su participación en la antesala de la Final. Una pretemporada acorde a sus necesidades, con el regreso del Pitu Barrientos y la participación de Ignacio Piatti, Néstor Ortigoza y Leandro Romagnoli más allá de cuestiones contractuales.
Juan Ignacio Mercier, metió el tercero.

Para neutralizar los efectos de tener que ir a jugar la revancha a los 3.650 metros sobre el nivel del mar de La Paz, Bolivia, San Lorenzo necesitaba conseguir una victoria en el Nuevo Gasómetro.

Y los muchachos se tomaron tan en serio el consejo del Patón Bauza que hasta el 5 a 0 no pararon, exhibiendo una superioridad total sobre el equipo boliviano que nunca pudo meterse en el partido.

Los tantos fueron anotados por Emmanuel Mas, por partida doble, Mauro Matos, Pichi Mercier y Julio Buffarini, quien se perdió el partido de vuelta por ver la tercera amarilla.

San Lorenzo se volvió de La Paz, con el pase a la final.
De esa manera, el Ciclón llegó a La Paz con la tranquilidad del triunfo de local y sabiendo que salvo una catástrofe, natural o futbolística, el pasaporte a la final iba a tener el sello de la aduana de La Paz. El Patón Bauza conocedor de lo que es jugar en las alturas, planteó un partido sin fallas y los jugadores le respondieron sin complejos.

El orden táctico fue fundamental para llegar al logro y meterse de lleno por primera vez en su vida en la fase definitoria de la Copa Libertadores de América, pese a la derrota sobre el final por uno a cero, algo que los sanlorencistas esperaban desde 1960. Si bien la espera había terminado, por el esfuerzo realizado nadie quería descorchar para brindar antes de tiempo.porque aún falta dar el paso más importante: jugar la final.

El abrazo mancomunado del final, indica que la misión estaba cumplida: a la Final.