La Final

La ansiedad era indisimulable en la gran nación sanlorencista. La ocasión histórica de protagonizar por fin la final de la Copa Libertadores de América, esa que nunca se sabe si volverá a repetirse, estaba al alcance de la mano. Pero todavía faltaba, nada de darla por ganada antes de tiempo. Hasta aquí al equipo de Bauza le había tocado definir de visitante y por primera vez lo iba a hacer de local ante su público. Pero nada importaba, la cuestión tenía que dirimirse en la cancha contra Nacional de Paraguay, el único equipo con record más bajo en la Fase de Grupos que el Ciclón.

Mauro Matos, cumplió con su gol.
 En el estadio defensores del Chaco, el equipo no estuvo solo. Una gran cantidad de hinchas fueron a alentar a los jugadores y el equipo respondió jugando uno de los mejores partidos del campeonato.

Mauro Matos anotó el gol de San Lorenzo que reflejó en la chapa lo que estaba sucediendo en el campo de juego. Pero para ponerle un poco más de emoción a la definición, Nacional igualó en el tercer minuto de adicional. Y así, la determinación de cual de los dos equipos iba a dar la vuelta olímpica una semana después, quedaba abierta.


Así Ortigoza acarició la pelota.
Con esa carga de ansia e inquietud, 45 mil hinchas de San Lorenzo colmaron la capacidad del Nuevo Gasómetro. El equipo contagiado de sus hinchas, no desplegó su mejor juego. Pero eso no iba a impedir que el Ciclón finalizara la noche del 13 de agosto levantando la tan anhelada Copa Libertadores de América.

A los 35 minutos Néstor Ortigoza marcó de penal el único gol del partido que le dio a San Lorenzo la Copa Libertadores de América. Esa que tantas veces le fue esquiva y que tantas veces hizo ilusionar en vano a sus hinchas. Pero por fin iba a descansar en la vitrina del CASLA para orgullo sus hinchas.
La Copa Libertadores en lo más alto, fin de una obsesión y principio de una gran alegría.