8vos. de Final

Por haber clasificado como penúltimo de los segundos, a San Lorenzo le tocó enfrentar al segundo de los primeros de acuerdo al orden establecido por cantidad de puntos sumados en la Fase de Grupos. Por eso, al Ciclón le correspondió jugar ante Gremio, que para muchos era uno de los principales candidatos a quedarse con la Copa Libertadores.

Los antecedentes no eran buenos, porque el equipo de Edgardo Bauza venía de lograr una clasificación tan dramática como angustiosa, con el gol de Nacho Piatti a tres minutos de la finalización del partido ante Botafogo, gracias a tener mejor diferencia de gol que Independiente del Valle. Mientras que Gremio de Porto Alegre ganó su grupo con cuatro victorias y dos empates.
Otra alegría del pibito Correa.

La balanza, sin dudas, en el análisis previo se inclinaba en favor de los brasileños. Un favorito contra un equipo que casi entró por la puerta de atrás. Pero en la eliminación a partido y revancha, nada está dicho antes de que la pelota empiece a rodar. Y San Lorenzo dio la primera sorpresa grande del campeonato.

En el partido de ida, el Ciclón se quedó con los tres puntos gracias a un gol de Angel Correa, que definió entrando al área tras un desborde de Tito Correa por la derecha y un pase de Mauro Matos. El 1 a 0 podía suponer una diferencia escasa para ir a buscar el pase a Cuartos de Final al estadio Beira Río. Pero San Lorenzo ya empezaba a escribir su historia en esta Copa.



El equipo aguantó sin pasar sobresaltos hasta que a ocho minutos de la finalización del partido, Gremio anotó el gol del triunfo y así, la lleve se definió en los penales. Ahí, emergió la figura de Torrico. El Cóndor extendió sus alas y se quedó con dos de las ejecuciones de los jugadores "gauchos". En tanto que Ortigoza, Matos, Blandi y Buffarini acertaron en la red sus disparos y el pase a la siguiente rueda ya estaba asegurado.

De esta forma, Los cuervos dejaban en el camino al segundo equipo brasileño, consecutivamente. Y empezaban a ser mirados de otra manera.

El desahogo de los jugadores en el Beira Río, tras los penales.